"El valor de la vida"

"El valor de la vida"

Por: Karla Petersen O'Farrill (2005)


"La vida es una oportunidad, aprovéchala."
(Madre Teresa de Calcuta)

El valorar la vida parece algo tan sobreentendido en nuestra sociedad que poco a poco se ha ido relegando la importancia de hablar acerca de este tema. Sin embargo, tan sólo basta con ver el noticiero o leer un periódico para darnos cuenta de que la ignorancia que en realidad existe con respecto al valor de la vida. Los altos índices de suicidios, la cantidad de abortos que se practican cada año, la eutanasia o incluso la discriminación demuestran que la sociedad ha ido olvidando poco a poco qué es la vida y la ha reducido al simple hecho de respirar, dejando a un lado la trascendencia que implica el gran misterio de estar vivo.

La vida es la capacidad real de un ser para ser la causa y el fin de su propia acción. Es un proceso de maduración y perfeccionamiento forjado por momentos inolvidables. Es el trayecto entre los dos grandes misterios de la humanidad: el nacimiento y la muerte. Nadie conoce a ciencia cierta cómo es que ha llegado al mundo, ni sabe cuándo es que partirá de éste. Sin embargo, sabemos que estamos aquí, ahora, y eso es precisamente lo que hace de la vida una oportunidad. 

La vida es un proceso maravilloso, pero a la vez exigente. Nos coloca ante situaciones difíciles que nublan nuestro juicio y nos hacen creer que ya nada tiene sentido. Pasamos gran parte de nuestro tiempo buscándole un sentido a la vida, cuando en realidad es el vivir lo que le da sentido a nuestra existencia. Casi todos nuestros miedos e inquietudes vienen de una apreciación equivocada de nuestro propio valor. El primer motivo de confianza en nosotros mismos deben ser el simple hecho que existimos, de que aquí estamos, de que somos, de que vivimos. 

La vida es un fragmento de eternidad entretejido de alegrías y tristezas. Son precisamente los momentos de crisis los que nos ayudan a crecer como personas, a conocer nuestras capacidades y debilidades, y a valorar el apoyo de nuestros amigos y familiares. 

Nuestra vida es contemporánea a la de muchos otros. El valorarla significa valorar también la vida de aquellos que nos rodean. Así como en momentos de crisis somos nosotros quienes recibimos el apoyo y consuelo de otros, nosotros también debemos ser consuelo para muchos más. Es en este convivir conde radican la importancia y el valor de la vida. 

Se dice que el valor de la cosas está determinado en gran parte por el enfoque que se les da. Los medios de comunicación actualmente nos bombardean con alarmantes cifras de personas que han perdido el enfoque y terminado con sus vidas o con las de otros. Nunca debemos perder de vista que la vida es invaluable, porque no tiene precio, y única, porque sólo se vive una vez. Debemos enfocarnos en los momentos de alegría que nos ha dado la vida y en la misión que nos ha encomendado: llegar a ser lo que debemos ser. 

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