"Falta de identidad"
Falta de identidad
Por: Zelmira Serrano Gutiérrez (2006)
¿Está cansado de buscar el trabajo de sus sueños y no encontrarlo?, ¿de no tener a su media naranja? No se deprima más y llame ahora mismo a las líneas de Walter, donde uno de nuestros psíquicos le dirá cómo hacer realidad todos sus sueños.
Tristemente es así como nos venden la idea de realización personal y aceptación. Pero, ¿cómo es posible que hayamos caído tan bajo? La respuesta a esto se puede resumir en tres palabras: falta de identidad.
La economía en un país depende en su mayoría de la capacidad de consumo de sus habitantes. Sin embargo, la capacidad de consumo no es primordial si las personas tienen todo lo que necesitan y por lo tanto dejan de adquirir bienes. Es por esto que el gobierno, apoyado importantemente por las empresas privadas, se ha valido de los medios de comunicación para imponer sobre las personas una serie de necesidades falsas como bien diría el escritor Eduardo Galeano.
Estas necesidades falsas nacen, crecen y se reproducen conforme se van dando los avances tecnológicos. Al pensar si realmente dependemos de una computadora, podemos decir que hoy en día sí lo hacemos; sin embargo, hace 50 años cuando las computadoras eran prácticamente inexistentes podíamos sobrevivir sin ellas sin ningún contratiempo. Estas son falsas necesidades. Hoy en día "necesitamos" un celular de moda, 40 pares de zapatos, un automóvil propio, miles de prendas de marca, y millones de cosas que no tienen uso alguno pero que se ven lindas.
El truco se encuentra precisamente en el manejo de las palabras e ideas. Los medios de comunicación comenzaron a vender todos estos productos con el mensaje de que al adquirirlos seríamos aceptados y queridos por todos los miembros de la sociedad; y que al no hacerlo el resultado sería el contrario. Es así como todos, literalmente, comenzaron a comprar exactamente los mismos productos, pues estos les brindan la felicidad, y fue en este momento que comenzó la clonación de identidad. No obstante, estos productos no eran precisamente los más baratos, pues eso no haría lógica económica; como era de esperarse, la mayoría de las personas no contaban con la fluidez económica necesaria para hacer estas comprar. Fue por esto que las personas se volvieron prácticamente adictas al trabajo, con el fin de proveer a su familia de una mejor vida. Al mismo tiempo, en muchos casos, ambos padres se vieron en la necesidad de salir de sus hogares para poder llevar a sus hijos un estilo de vida aceptable de acuerdo a las normas sociales.
¿Y qué pasó con los hijos, si era pensando en estos que los padres decidieron salir a trabajar? Bueno, ellos se quedaron con la nana preferida de nuestros tiempos, la televisión. Y ¿qué les enseñó la televisión? Lo mismo que le enseñó a los padres, que para poder alcanzar la aceptación, el amor y la atención de las demás personas, deben tener absolutamente todos aquellos productos que estén de moda. Estos niños, al ver obvia la falta de atención y amor por parte de sus padres, se enfocaron en lograr la aceptación del resto de la sociedad, y es así como comenzaron a hacer exactamente lo que debían, no querían cometer el mismo error que habían cometido sus padres.
A un niño que vive en estas condiciones, ¿cómo puede importarle quién es, si en lo único que puede pensar es en la manera de obtener y captar la atención de sus padres y de todos aquellos que lo rodean? A este niño en realidad le va a a dar igual si está haciendo las cosas que son moralmente correctas o si está siguiendo un buen camino, pues no sabe en dónde está situado en la vida. Probablemente esta persona siente que nadie lo quiere como es, y por lo tanto no tiene deseo alguno de seguir siendo la misma persona que era antes, pues ahora, sabe que tiene qué hacer exactamente para ser querido, para ser, por primera vez en su vida alguien valioso. Esta persona tiene que comportarse, vestirse y pensar de cierta manera para así poder ser considerado como una persona buena, segura y admirable en todos los sus valores para así entrar de lleno a un mundo en donde exista amos, aunque este sea únicamente superficial.
La falta de identidad no es una crisis que viene a nosotros durante la adolescencia, es una crisis que viene a nosotros al momento de nacer en una familia en la cual los bienes materiales sobrepasan la importancia de los bienes emocionales. En nuestra sociedad la carencia de una identidad individual se ha visto traducida en el gran crecimiento y desarrollo de una identidad colectiva, en la cual todos somos partícipes de las mismas ideas y formas de vida, o por lo menos eso es lo que intentamos.
La identidad individual nos da fuerza, sin ella somos manipulables, como es demostrado día con día al ver los ríos de gente vestida completamente igual sin siquiera significar que les guste vestir de esa manera, pues como bien dijo el sociólogo Herbert Marcuse, "la sociedad es un sistema de denominación" y por lo tanto ésta siempre tratará de mantenernos lo más cerrados posible para así poder dominarnos y controlarnos. La identidad nos da valentía, sin ella vivimos bajo la sombra del miedo de no ser queridos y no encontrar la felicidad.
Finalmente me gustaría concluir invitándolos a preguntarse: ¿soy de las personas que viven tras una identidad clonada? y si lo soy, ¿quiero continuar viviendo de esta forma?
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